miércoles, 9 de agosto de 2017

LIGA NAVAL DEL CANTÁBRICO - HALLAZGO ARQUEOLÓGICO DEL SIGLO XVIII






El pasado día 6 de agosto de 2017, dos miembros de  la Escuadrilla de Auxilio Náutico, hemos respondido a una petición de un grupo de buceadores de la zona de Colindres donde nos han informado que en una zona centro de Santoña pues habían encontrado 1 pieza de metal que no sabían si era de algún tipo de elemento fondeado para la caza ilegal de centollos y pulpos o algún tipo de pieza de artillería de la época napoleónica. 



Es cierto que en la zona de Santoña hay muchas piezas que están detalladas, pero estaríamos hablando que estás serian de espectro nuevo y no se va a revelar en este escrito el lugar donde pueden estar situadas para evitar posibles expolios. Por lo tanto, nos encontramos en el problema de que no se sabe que tipo de elemento es y tenemos que citar que han intentado contactar con diferentes instituciones / asociaciones de este aspecto y se han visto ignorados, por lo que, la escuadrilla de auxilio náutico hemos respondido en la ayuda de otros hermanos del mar.







Nos desplazamos a la zona de Guarnizo donde se halla desde hace muchos años 3 piezas de cañones rescatados, que desde el mes de abril de 1.949, cuenta la historia que un obrero de la Junta de las Obras del Puerto,  Enrique Corino, pescando centollos desde su bote en las inmediaciones del Faro de la Cerda, en ocasión en que las aguas estaban claras y tranquilas y que la profundidad era escasa en razón a la bajamar, advirtió en el fondo la presencia de unos artefactos que, cubiertos de algas, semejaban cañones. En unión de otro compañero intentó, por medio de unos cables, izar uno de ellos, el más pequeño, pero la poca consistencia de la embarcación se lo impidió. 









Avisado el buzo, Alonso González, acudió con una barcaza y logró extraer el cañón pequeño y dos grandes, que fueron trasladados a la dársena de Puertochico, donde, por medio de una grúa, fueron elevados dos de ellos hasta la explanada del dique de Gamazo, donde quedaron depositados para proceder a su limpieza. El tercero, al pretender ser elevado, cayó al fondo de la dársena por haberse roto el cable de la grúa.







Los cañones ahora descubiertos se creen fundadamente que son del siglo XVIII, pues son de hierro fundido. Algunos investigadores suponen que pudieran haber pertenecido a las baterías que, para defender la entrada del puerto de Santander, existían en la Magdalena y que, quizás fueran arrojados al mar cuando la invasión francesa para evitar que cayeran en poder del enemigo. Da fundamento a esta versión de haber sido arrojados premeditadamente, la circunstancia de encontrarse todos ellos agrupados, hay siete cañones bajo el Faro de la Cerda; uno pequeño -el extraído-, de cerda de dos metros de largo y mil novecientos kilos de peso y seis más largos, de unos tres metros y tres mil kilos de peso.

RUBÉN MODINO FERNÁNDEZ - ESCUADRILLA DE AUXILIO NÁUTICO 
LIGA NAVAL DEL CANTÁBRICO

LIGA MARÍTIMA ESPAÑOLA
FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE LIGAS NAVALES

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