En el día de
ayer, 23 de Noviembre, se celebró la comida de confraternidad marinera para la
presentación en la capital de España de la
Liga Naval Canaria y sus delegaciones, así
como de las recientemente formadas Liga Naval de Madrid y FEDERACIÓN ESPAÑOLA
DE LIGAS NAVALES (FELAN).
El acto estuvo
presidido por el Capitán de Navío Ilustrísimo Señor don Enrique Moreu,
acompañado por la
Presidente de la Liga
Canaria, Teresita Pérez, y de los Presidentes de otras ligas,
José Antonio Soto de Málaga, Pedro Canales de Madrid, así como de José Carlos Tamayo,
Presidente de la Federación,
acompañados del Capellán, Reverendo Padre don José Manuel Horcajo.
El acto se
inició con unas palabras de todos y cada uno de ellos, durante las cuales, el
Presidente de la Liga
de Madrid, solicitó su incorporación a la Federación, deseo que fue positivamente atendido
por los presidentes del resto de ligas asociadas, allí presentes.
Tras la bendición
de la mesa y unas palabras del sacerdote con una oración por los caídos en la
mar, sin distinción de razas ni creencias, se inició el almuerzo.
Tras la
finalización del mismo, todos los asistentes en pié, cantaron la Salve Marinera, dando con ello
por terminada esta jornada tan significativa para los intereses navales en
España.
Agradecemos la
presencia de todas las personas llegadas de diversas autonomías, Canarias,
Andalucía, Castilla la Mancha,
Galicia, para acompañarnos en este encuentro, así como la incondicional
colaboración de Jacinto García de la Asociación de Veteranos de la Armada con sede en
Cantabria. La Liga Naval
de Canarias, entregó a todos los asistentes, un obsequio en recuerdo de su paso
por Madrid.
El Presidente
de FELAN manifestó:
Señoras, Señores, Ilustrísimo señor don
Enrique Moreu, Capitán de Navío, don Jacinto García de la Asociación de Veteranos
de la Armada
con sede en Cantabria, Presidentes,
Vicepresidentes y Socios de Ligas Navales:
En nombre de la FEDERACIÓN ESPAÑOLA
DE LIGAS NAVALES, os agradezco vuestra presencia en el Puerto Seco de Madrid, y
os deseo una feliz jornada de confraternidad marinera.
Después de las palabras de mis compañeros
presidentes de ligas autonómicas, pongo en vuestro conocimiento que uno de los
motivos que justifican la celebración de este encuentro marinero, es presentar
en sociedad una nueva federación, que agrupa diversas asociaciones que
mantienen relaciones de fraterna amistad, en cumplimiento de sus objetivos
estatutarios, que pueden resumirse en el amor a la mar, los barcos y a sus
gentes.
Así inicia su navegación FELAN (Federación
Española de Ligas y Asociaciones Navales)
que agrupa a diversas Ligas Navales, Autonómicas, Provinciales y
locales.
Sus Estatutos, han sido redactados desde el
deseo de hacer convergentes los intereses marítimos que las asociaciones
federadas persiguen cada una en su ámbito de actuación.
FELAN , tiene como fin
desarrollar una serie de actividades en el ámbito NACIONAL, para promoción y
defensa de los intereses marítimos de España, protección del medio ambiente
marino, la seguridad de la vida humana en la mar, la colaboración en el
salvamento marítimo y la colaboración con las cuatro marinas: Armada, nuestro
referente, Mercante, Pesca y Deportiva. Podrán pertenecer todas las asociaciones que se encuentren
anteriormente inscritas en los correspondientes Registros de Asociaciones, y cuyo proyecto estatutario vaya
encaminado a la promoción de las
actividades navales, cultura, turismo y gestión del tiempo de ocio, con la
organización de todo tipo de eventos que generen flujos de visitantes que se
traduzcan en un mejor conocimiento del sector.
Para
lograr estos objetivos, organizará:
Ciclos
de conferencias, semanarios y cursos sobre temas navales, así como
exposiciones, encuentros navales y otros actos culturales.
Así pues el nacimiento de FELAN es una
importante noticia, que es consecuencia de la ilusión, esfuerzo y dedicación
que las citadas ligas están poniendo en su
hacer cotidiano para propagar y defender las actividades navales. De
nuevo agradecer vuestra asistencia, desearos un agradable almuerzo y una breve
pero agradable estancia entre nosotros.
Este
acontecimiento social en Madrid, tendrá su magna continuidad con el Homenaje a la Armada Española, que se
celebrará la próxima semana, el sábado día 30 de Noviembre en Fuentenovilla
(Guadalajara), cuna del ilustre Capitán de Navío de la Armada, Blas de Salcedo.
En este acto que
se desarrollará en dos partes perfectamente diferenciadas, se pronunciará una
conferencia donde se dará a conocer el naufragio de la fragata Magdalena en la
que se llamó la Expedición Cantabra,
se recitará un poema especialmente escrito para la ocasión y por parte de nuestra asociación, se hará entrega de
una litografía enmarcada de dicho personaje, del siglo XIX, que se supone
ejemplar único, conseguida tras laboriosas gestiones entre todos las librerías
especializadas y anticuarios de España.
Copia de este documento gráfico, se ha ofrecido al Museo Naval de Madrid.
Durante la
segunda parte y tras trasladarse los asistentes desde el Salón de Plenos a la Biblioteca Municipal
“Blas de Salcedo”, se hará entrega de un ejemplar de la Carta de Juan de la Cosa, donada por la “Asociación
de la Carta de
Juan de la Cosa”,
escala 1:1 de 190 x 90
centímetros, con más de ciento cincuenta años de
antigüedad, cuyo original se encuentra depositada en el Museo Naval de Madrid.
Este mapamundi, es el primer documento cartográfico en donde se refleja la
existencia del continente americano. La carta obsequiada al Excelentísimo Ayuntamiento,
esta certificada en su autenticidad por el Museo Marítimo del Cantábrico.
Tendremos el
honor de contar con la presencia, según orden de intervención de don Manuel
Maestro López, Presidente de la Fundación
Letras del Mar, Juan Manuel Gracia Menocal, Capitán de la Marina Mercante, Presidente de la Asociación para el
rescate de galeones, Vocal depositario
del Ateneo de Madrid, y don Juan Lago Novás, Marqués de Castell Florite,
Presidente de la Asociación
de la Carta de
Juan de la Cosa.
Tras la
finalización de este encuentro cultual en homenaje a la Armada Española, por gentileza
del Ayuntamiento, se servirá un vino español, que dará paso a un almuerzo de
confraternidad marinera en la próxima villa alcarreña de Yebra.
A continuación
os ofrecemos información sobre la “Expedición Cantabra”.
El día 30 de noviembre de 2013 se va a
rendir un homenaje al capitán de navío Blas de Salcedo en su ciudad de
nacimiento. Su muerte, como consecuencia de un temporal desatado sobre la ría
de Vivero, después de una acción militar contra la tropa francesa invasora fue
acompañada de un hecho que la hizo más lamentable: a bordo y a sus órdenes su
hijo, un joven guardiamarina, moría en brazos de su padre a consecuencias del
desastre. Héroe, mártir o accidentado su muerte se produjo cuando servía a
nuestra Patria. Lamentable acontecimiento cuya faceta, casi poética, no debe
dejar de analizar las próximas y remotas causas que la produjeron.
La catástrofe de Vivero. Blas
Salcedo, capitán de navío de la
Real Armada española.
Don Blas Salcedo y Salcedo Gutiérrez del Pozo y del Teso Bronchalo nació en Fuentenovilla, Guadalajara. En 1773 ingresa como guardiamarina en el Departamento de Cádiz.
Alférez de fragata en el año de 1775. Participó en la
batalla de Argel en la escuadra de Pedro Castejón embarcado en el jabeque Atrevido.
Alférez de navío en el año 1779.
Teniente de fragata en el año 1782. En el año de 1783
participa en el ataque a Argel, al mando de una lancha bombardera perteneciente
a la escuadra del general Antonio Barceló.
Teniente de navío, en el año de 1784. Destinado a la
flota en el mar Mediterráneo como comandante de los bergantines Atocha y Pájaro y posteriormente como primer
ayudante interino e la mayoría general del Departamento del Ferrol.
Capitán de fragata en el año 1796. Comamdante de las
fragatas Medea y Clara Efectuó dos travesías a
América para el transporte de caudales. Comandante Militar de Vivero hasta el
año 1802. En el año de 1804, se le otorgó el mando de la fragata Santa María Magdalena, cargo que ocupó hasta el
desarme del buque.
Capitán de navío, en el año de 1808. Se le encarga el
rearme y mando de la fragata Santa María Magdalena con la que participó en la defensa de
Santander contra las tropas francesas.
En 1810 se le ordena, navegando en conserva con el
bergantín Palomo y otras embarcaciones sutiles, escoltar a una fuerza de
desembarco desde Cádiz a la costa cantábrica de la Península. La flota
hizo escala en Ferrol para descanso de la tripulación y de la fuerza de desembarco.
Ya en Ferrol se recibe la orden de relevo en el mando de
la fragata Magdalena, de Blas Salcedo lo que no llega a cumplimentarse por no
llegar a tiempo el relevo previsto
Aquí comienza una de esas jugadas del destino, que unas
veces es favorable y otras por desgracia un total y dramático desastre. Pues al
llegar se le comunico oficialmente su relevo del mando de la división, pero al
no haber llegado la orden escrita y por la premura de llevar a cabo la misión,
se tuvo que hacer a la mar, en cumplimiento de las órdenes recibidas con
anterioridad.
En su travesía fue entrando en varios puertos y bahías,
hasta que llego a la ría de Vivero, donde la flota fondeó el día uno de
noviembre del año de 1810.
Encontrándose en este lugar, se desató y por ello se
padeció un fuerte temporal ese mismo día, y como consecuencia de él, se produjo
el desastroso final de la expedición, pues se perdieron los dos buques
españoles que allí se encontraban.
Al cabo de unas horas comenzó a amainar la fuerza de los
vientos y con ellos la de la mar, lo que permitió se diera comienzo a la
humanitaria operación de ir rescatando a los pocos supervivientes y la de
recuperar los cuerpos de los desafortunados fallecidos, hallaron su cuerpo
unido en un abrazo final al de su hijo el guardiamarina don Blas; sucediendo
esto el día dos, ¡el destino es incontrolable; en este caso, dramático para una
familia y para España!.
Al ser conocido este trágico suceso hizo reaccionar a la Junta Central,
Gobierno provisional de España en aquellos drásticos años, en que una vida
tenía muy poco valor, pero este hecho sobrepasaba sentimentalmente en mucho lo
acostumbrado; por ello rápidamente se promulgó una Real Orden, por la que a
partir de ese momento, en el mismo buque no podrían ir embarcados padres con
hijos, o hermanos juntos, para tratar de evitar tan luctuosos desastres
familiares.
En el verano de 1810 la Regencia de Cádiz ordenó
realizar una gran expedición contra la costa cantábrica ocupada por los
franceses, para continuar las fructíferas expediciones combinadas de la flota
inglesa y las guerrillas de Don Juan Díaz Porlier.
La expedición estaba encomendada al mariscal de campo
Mariano Renovales, vizcaíno y héroe de los sitios de Zaragoza y que había
dirigido las guerrillas en el valle del Roncal (Navarra) lo que reforzaba el
objetivo político de la recién nombrada Junta de la Regencia que deseaba
hacerse conocer entre las poblaciones ocupadas.
Los objetivos a cubrir encomendados al mariscal de campo
eran los siguientes:
1º.- Ocupar la plaza de Santoña y Guetaria y prepararlas
para su defensa frente al ejercito de Napoleón.
2º.- Destruir la fábrica de armas de la ciudad de Eugi ([1]) y Orbaizeta
3º.- Colapsar las comunicaciones del ejército francés en
el norte de España.
4º.- Levantar la población civil de las provincias de
Vizcaya y Santander para combatir al ejército de ocupación.
5º.- Reforzar las tropas guerrilleras del norte de España
con la aportación de nuevos reclutas y con el suministro de armas y municiones.
La fuerza asignada al mariscal de campo Mariano Renovales
se componía de tres batallones de infantería y una brigada de artillería de la Armada, sumando en total
2.000 hombres, reforzados por una brigada de 800 hombres aportada por los
británicos.
Las unidades navales asignadas para la protección de los
transportes de la tropa y el ataque a la costa enemiga estaban al mando del
capitán de navío Joaquín Zaráuz, que era el Comandante Mayor del Departamento
Marítimo de Ferrol y se componía de las siguientes unidades:
-Fragata Santa María Magdalena, de 28 cañones, insignia
del capitán de navío, ascendido en 1808, Blas Salcedo, que pertenecía a
la Orden
de Carlos III..
-Bergantín Palomo, de 18 cañones, comandante el teniente
de fragata, ascendido en 1802, Diego de Quevedo.
-Goletas Insurgente Roncalesa y Liniers
-Lanchas cañoneras Corzo, Estrago, Gorrión y Sorpresa
-15 embarcaciones de transporte de personal y pertrechos
La flota británica de apoyo a la operación estaba al
mando del comodoro Robert Meds y se componía de las siguientes unidades:.
-Fragatas H.M.S. Arethusa (Insignia de 38 cañones, alta
en la Navy en
1781, baja en 1814), H.M.S. Narcissus (alta en la Navy en 1801, baja en 1837),
H.M.S. Amazone (de 36 cañones, alta en la Navy en 1799, baja en 1817), H.M.S. Medusa (de 32
cañones, alta en la Navy
en 1801, baja en 1816, este barco fue insignia de Nelson en el Mediterraneo).
-Bergantín H-M-S- Port Mahon (fue capturado en 1798
sirviendo en la Navy
hasta 1837)
El primero de los errores fue lanzar la expedición en
pleno otoño y con grave riesgo de temporales. Problemas logísticos y de
equipamiento impidió a la expedición salir hasta el 14 de Octubre. En Ribadeo
se le incorporaron las fuerzas sutiles. El segundo de los errores fue complicar
la operación con una acción complementaria cuando el día 18 estando la flotilla
fondeada en la concha de Gijón se conectó con las unidades de guerrillas de
Porlier y Castañon ( más que guerrillas, pequeñas divisiones ligeras que
operaban tras las líneas enemigas) y tras desembarcar tomaron la ciudad sin
resistencia. Mientras aprovisionaban a las guerrillas desmantelaron las
baterías y fortificaciones francesas recogiendo en el puerto todo el equipo
naval que pudieron encontrar.
Tras recibir noticias de la llegada de una poderosa
división francesa se procedió a reembarcar a las tropas el día 20 y marchar a
su objetivo principal, la ciudad de Santoña donde fondeo la mañana del día 23.
Ese mismo día las condiciones meteorológicas cambiaron brutalmente sufriendo un
tremendo temporal. Los barcos más grandes tuvieron que picar cables y hacerse a
al mar a capear el temporal mientras las unidades ligeras trataron de acercarse
a la costa para protegerse. Los cañoneros Corzo, Gorrión y Sorpresa naufragaron
aunque sus dotaciones fueron salvadas por el resto de buques. El cañonero
Estrago tras capear este temporal, que le apartó de la flota sufrió una vía de
agua por lo que se acercó e la costa donde fue rescatada la dotación por
pescadores y tras desembarcados en la costa vasca atravesaron la España ocupada hasta
presentarse completa en su base de Ferrol sin perder un solo hombre.
La flota dispersa por el temporal se fue concentrando en
la ría de Vivero, punto previsto de reunión según las órdenes dadas a la flota,
llegando las últimas unidades el 1 de Noviembre.
Se empezó las reparaciones de los desperfectos y el
aprovisionamiento de buques, aprovechando el resguardo de la ría y el amaine
del temporal. El día 2 volvió a caer sobre la flota una galerna que provocó que
los buques garrearan o perdieran sus anclas (muchos habían picado sus anclas
mayores en Santoña) y obligó a salir a capear el temporal en la mar. La Magdalena abordó a la
británica H.M.S. Narcissus que tuvo que hacer ímprobos esfuerzos para zafarse.
Tras perder un palo la
Magdalena encalló y fue destrozada por las olas. De los 508
hombres a bordo sólo se salvaron 3. El Palomo también se vio arrastrando a la
costa pero encalló en piedras lo que permitió resistir un tiempo precioso antes
que se partiera el casco salvándose 25 hombres de los 75 de su dotación entre
ellos muy mal herido con su comandante el C.F. Don Diego Quevedo.
Aparte de estos buques algún transporte parece que se
hundió y en el resto de los buques hubo bajas.
El gran número de bajas de la Magdalena fue motivado
porque aparte de su dotación embarcaba la brigada de artillera de Marina y las
dotaciones de los cañoneros naufragados en Santoña. Murieron el C.N. Zarauz y
el C.N. Blas Salcedo, cuyo cadáver junto al de su hijo, guardiamarina
aparecieron abrazados en la playa. Por este suceso la Armada decretó que
familiares no podrían embarcar en un mismo buque.
Resumiendo, La causa del desastre fue la falta de medios,
que provocó que la expedición se retrasara desde Mayo, que fue ordenada, hasta
Octubre y que los buques españoles tuvieron un mantenimiento deficiente.
Sorprendentemente no se perdió ningún barco británico.
Gerardo López
CASTILLA LA MANCHA
TODO AVANTE Y TIMÓN A LA VÍA