Esta pasada madrugada Garcés ha fallecido a los 89 años de edad. Durante toda su vida nunca olvidó lo ocurrido aquella tarde de junio. Pese a su avanzada edad lo recordaba con nitidez. En varias ocasiones recordó cómo hasta entonces jamás pensó en hacerse guardia civil.
Fermín era camionero. En circunstancias normales se debía haber sido su medio de vida los siguientes años. Pero en ocasiones la vida incluye giros inesperados. Muchas veces del modo más cruel. El suyo fue ser testigo del que sería el primer atentado mortal en la historia de ETA. El 7 de junio de 1968 viajaba camino a Madrid en su camión cargado de madera procedente de Francia. A su paso por Aduna, cerca de la localidad guipuzcoana de Tolosa, su vida estaba a punto de cambiar. Desde la cabina vio cómo un hombre disparaba a un joven guardia civil. El primero, Txabi Etxebarrieta, moriría poco después y se convertiría en el primer fallecido de la banda terrorista tras un tiroteo con la Guardia Civil mientras huía. El segundo, José Antonio Pardines, un joven agente de 25 años, murió en el acto a consecuencia de los disparos de Etxebarrieta.
Fermín Garcés no lo dudó. Bajó de inmediato, les dio el alto y corrió tras los terroristas hasta lograr capturar a uno de ellos, a Iñaki Sarasketa. Sólo el arma que le encañonó le hizo retroceder pero no desistir. El entonces camionero se subió a otro vehículo para que saliera tras el Seat Coupé blanco en el que escapaban los terroristas. No logró capturarlos pero al menos sí avisar en una fábrica cercana para que la Guardia Civil montara el dispositivo que terminaría por dar con los terroristas. En el tiroteo que se produjo moriría Etxebarrieta, quien es considerado uno de los primeros ideólogos de ETA.
La historia criminal de la banda acababa de escribir su primer episodio. Y a Fermín la vida le dio un vuelco. Cambió el camión por el uniforme de la Guardia Civil que en 2016, con 84 años, le rindió homenaje por aquella acción valiente en el día en el que el terrorismo mató y murió por primera vez.
Condecorado
Cuando por su acción el Cuerpo planteó concederle una condecoración y premio, él solicitó que le facilitaran integrarse en la Guardia Civil. Y así fue. Tras un periodo de formación, fue destinado al Parque Automovilístico en la calle Príncipe de Vergara, en Madrid, donde se dedicó a la reparación de camiones. En 1988 sufrió un atentado de ETA cuando fue atacada la Dirección General de la Guardia Civil en Madrid.
Desde la Federación Española de Ligas Navales, nuestro reconocimiento y agradecimiento a don Fermín, así como nuestro sincero pésame a sus familiares, hijos y nietos, así como también a la Guardia Civil.