El pasado día 6 de agosto de 2017, dos miembros de la Escuadrilla de Auxilio
Náutico, hemos respondido a una petición de un grupo de buceadores de la zona
de Colindres donde nos han informado que en una zona centro de Santoña pues
habían encontrado 1 pieza de metal que no sabían si era de algún tipo de
elemento fondeado para la caza ilegal de centollos y pulpos o algún tipo de
pieza de artillería de la época napoleónica.
Es cierto que en la zona de
Santoña hay muchas piezas que están detalladas, pero estaríamos hablando que
estás serian de espectro nuevo y no se va a revelar en este escrito el lugar
donde pueden estar situadas para evitar posibles expolios. Por lo tanto, nos
encontramos en el problema de que no se sabe que tipo de elemento es y tenemos
que citar que han intentado contactar con diferentes instituciones /
asociaciones de este aspecto y se han visto ignorados, por lo que, la
escuadrilla de auxilio náutico hemos respondido en la ayuda de otros hermanos
del mar.
Nos desplazamos a la zona de Guarnizo donde se halla
desde hace muchos años 3 piezas de cañones rescatados, que desde el mes de
abril de 1.949, cuenta la historia que un obrero de la Junta de las Obras del
Puerto, Enrique Corino, pescando centollos desde su bote en las
inmediaciones del Faro de la
Cerda, en ocasión en que las aguas estaban claras y
tranquilas y que la profundidad era escasa en razón a la bajamar, advirtió en
el fondo la presencia de unos artefactos que, cubiertos de algas, semejaban
cañones. En unión de otro compañero intentó, por medio de unos cables, izar uno
de ellos, el más pequeño, pero la poca consistencia de la embarcación se lo
impidió.
Avisado el buzo, Alonso González, acudió con una
barcaza y logró extraer el cañón pequeño y dos grandes, que fueron trasladados
a la dársena de Puertochico, donde, por medio de una grúa, fueron elevados dos
de ellos hasta la explanada del dique de Gamazo, donde quedaron depositados
para proceder a su limpieza. El tercero, al pretender ser elevado, cayó al
fondo de la dársena por haberse roto el cable de la grúa.
Los cañones ahora descubiertos se creen fundadamente
que son del siglo XVIII, pues son de hierro fundido. Algunos investigadores
suponen que pudieran haber pertenecido a las baterías que, para defender la
entrada del puerto de Santander, existían en la Magdalena y que, quizás
fueran arrojados al mar cuando la invasión francesa para evitar que cayeran en
poder del enemigo. Da fundamento a esta versión de haber sido arrojados
premeditadamente, la circunstancia de encontrarse todos ellos agrupados, hay
siete cañones bajo el Faro de la
Cerda; uno pequeño -el extraído-, de cerda de dos metros de
largo y mil novecientos kilos de peso y seis más largos, de unos tres metros y
tres mil kilos de peso.
RUBÉN MODINO FERNÁNDEZ - ESCUADRILLA DE AUXILIO NÁUTICO
LIGA NAVAL DEL CANTÁBRICO
LIGA MARÍTIMA ESPAÑOLA
FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE LIGAS NAVALES
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